martes, 25 de septiembre de 2007

Entornos para la realización de actividades de aprendizaje

Además de corresponder a una de las Tareas del Diplomado, quiero resaltar que este es un resumen que aporta buenos elementos de juicio, humildemente "algunas herramientas", para comprender, entender y aplicar el modelo colaborativo de enseñanza-aprendizaje.
En la entrevista ubicada al final, tiene una conceptualización muy interesante para nuestro tema.
Nota: Los resaltados en color son responsabilidad de Edgar A. Velásquez V. y no comprometen al autor.

Entornos para la realización de actividades de aprendizaje colaborativo a distancia
B. Barros & M.F. Verdejo

INTRODUCCIÓN
Las nuevas tecnologías aportan al campo de la educación aspectos innovadores que suponen una mejora cualitativa en las formas de enseñar y aprender. Su introducción no sólo permite la implantación efectiva de algunas de las teorías y principios de intervención pedagógica existentes, sino que abre las posibilidades de exploración de nuevos modelos, con una perspectiva multidisciplinar
Las situaciones de aprendizaje son más ricas y variadas, y sobre todo cambian las condiciones tradicionales de enseñanza circunscrita a un tiempo y un lugar. En un marco de educación a distancia, permiten además romper con el esquema de aislamiento del estudiante, y proponer otros modelos de interacción y colaboración tanto con el profesor como con los compañeros
Una gran parte de las propuestas desarrolladas hasta el momento cubren el área del aprendizaje individualizado, donde la relación entre computador y estudiante es una metáfora de la que hay entre profesor y alumno. Nuestro interés se centra en el aprendizaje en grupo, comúnmente llamado aprendizaje colaborativo, en el que los alumnos aprenden en un proceso en el que se proponen y comparten ideas para resolver una tarea, favoreciéndose con el diálogo la reflexión sobre las propuestas propias y las de los compañeros. Así como en los sistemas de aprendizaje individualizado se trata de crear un modelo de tutor que guíe al alumno, en los sistemas colaborativos se trata de encontrar un modelo que englobe los diferentes participantes, las tareas a realizar, y los modos de colaboración.
El papel de la tecnología en este caso es facilitar la comunicación pero también puede jugar el papel de gestor y organizador para dar un soporte al trabajo de un grupo de personas en tareas de aprendizaje. Además, en la medida en que se proporciona la posibilidad de registrar los procesos de trabajo, se puede también establecer modelos que permiten analizarlos, monitorearlos y, si procede, intervenir para mejorarlos. Las técnicas de Inteligencia Artificial permiten representar conocimiento variado acerca de las tareas, los medios, los usuarios, etc. y en consecuencia se puede dar un soporte activo en los procesos de aprendizaje. La dificultad para la introducción de estas tecnologías reside en ofrecer ventajas concretas y perceptibles por los usuarios frente a las alternativas tradicionales. Se trata por tanto de construir sistemas muy adaptables a los diferentes grupos de usuarios, en donde el soporte y la intervención no impongan un comportamiento prescriptivo.
APRENDIZAJE COLABORATIVO
El aprendizaje colaborativo se viene aplicando en las aulas desde los años 70, aunque la gran mayoría de los estudios teóricos relacionados con este campo datan de los 80 (Slavin, 1983). En estos años surgieron diferentes métodos y estudios de aplicación de técnicas de aprendizaje colaborativo con alumnos de diversas edades y niveles. El profesor organizaba, dirigía y registraba las actividades de sus alumnos utilizando material de apoyo como tableros de uso común, libros o formularios, entre otros (Dillon, 1994).
Desde el campo de la psicología, algunos autores, especialmente ligados a lo que se ha llamado la psicología socio-cultural, postulaban que aprender es una experiencia de carácter fundamentalmente social, en dónde el lenguaje juega un papel básico como herramienta de mediación no sólo entre profesor y alumno sino también entre compañeros.
Los estudiantes aprenden cuando tienen que explicar, justificar o argumentar sus ideas a otros. "En un escenario colaborativo, los estudiantes intercambian sus ideas para coordinarse en la consecución de unos objetivos compartidos. Cuando surgen dilemas en el trabajo, la combinación de su actividad con la comunicación es lo que conduce al aprendizaje" (Vygotsky, 1978).
Por lo tanto, el proceso de construcción de conocimiento compartido, es de gran ayuda en el aprendizaje individual. En este sentido, el aprendizaje colaborativo es una actividad social (Scardamalia & Bereiter, 1991) que involucra a una comunidad de alumnos en la que se comparte conocimientos y se adquieren otros nuevos, proceso que se ha denominado como construcción social de conocimiento (Jonassen, Mayes & McAleese, 1992).
La interacción social juega un rol fundamental en el proceso de aprendizaje, y por tanto uno de los objetivos pedagógicos es el diseñar tareas que ofrezcan ocasiones de colaboración con un soporte adecuado para promover, organizar, y coordinar la participación.
Para que exista una colaboración efectiva en procesos de grupos, los integrantes tienen que desarrollar y adquirir las competencias y habilidades de trabajo en grupo: establecer formas de funcionamiento, adoptar criterios para determinar y aceptar soluciones, generar alternativas, explicar, justificar y evaluar soluciones, entre otras.
El aprendizaje colaborativo eficaz se basa en la argumentación y en el conocimiento compartido. Todas las teorías de enseñanza destacan la importancia de que los estudiantes reflexionen sobre cómo llegaron al resultado final (Brown, 1983). En el enfoque colaborativo es objeto de interés tanto la solución como el proceso que permite al grupo llegar a ella.
Aspectos significativos del proceso, pueden ser representados explícitamente, dando lugar a una reificación (Boder, 1992). Este nivel meta juega un papel muy importante en una actividad colaborativa, ya que permite tanto a los alumnos como al profesor, analizar la forma de trabajar de cada grupo. (Reificación: Teoría del reconocimiento)
Además es una valiosa fuente empírica para deducir mecanismos de intervención pedagógica adecuados a cada grupo. Las funcionalidades que pueden ofrecer los sistemas de soporte para aprendizaje colaborativo (llamados sistemas CSCL, Computer Supported Colaborative Learning) son variadas y entre otras podemos citar la mediación en el intercambio de información, el ofrecer mecanismos de ayuda a la toma de decisiones, facilitar la comunicación en relación a las tareas a realizar, u organizar y gestionar el conocimiento compartido que se genera a lo largo de la tareas (Collis & Smith, 1997).
Además, se requieren facilidades específicas para soportar las actividades que en este caso, involucran a grupos de personas y que están asociados a objetivos pedagógicos, a su vez relacionados con destrezas sociales y cognitivas.
Consideramos que para los sistemas CSCL lo adecuado es desarrollar herramientas en las que se tengan en cuenta aspectos de la Psicología, la Pedagogía y las Tecnologías de la Información, para definir modelos computables a partir de los cuales se puedan derivar arquitecturas genéricas que permitan incorporar diferentes modelos de colaboración e intervención pedagógica para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje en grupo. A su vez, hay que hacer un uso efectivo de la tecnología para acercarla al usuario, lo que tendrá una importancia fundamental en la mejora de los procesos educativos. Esto incluye tanto al alumno que se beneficia de una herramienta concreta en su aprendizaje como al observador (interno o externo al proceso) al que se ofrece la posibilidad de analizar ese proceso de estudio.
El sistema DEGREE (acrónimo de Distance education Environment for GRoup ExperiencEs) soporta la realización de una variedad de tareas de aprendizaje por parte de grupos pequeños de estudiantes, permitiendo diversos métodos de colaboración entre los miembros del grupo.
El diseño del sistema parte de cinco principios:
- Construcción en grupo de la solución de un problema, de modo que se comparten recursos tanto lógicos como físicos, y se funciona de acuerdo a unos mecanismos de negociación previamente aceptados por los participantes.
- Realización de la tarea mediante discusión estructurada. Aunque la discusión no tiene por qué ser moderada, gracias a unas primitivas conversacionales se asegura que ésta sigue un protocolo adecuado, tanto para facilitar el proceso de avance en la creación del documento final, como para realizar un seguimiento de éste.
- Interés tanto en el proceso como en el resultado. Se trata de registrar el trabajo realizado por el grupo para poder representar y analizar el proceso que permite llegar a un resultado. Esta información también puede ser comparada con otras similares relativa a otros grupos.
- Coordinación de los miembros del grupo, ofreciendo las herramientas que favorezcan la comunicación y que permitan compartir la información bajo unas reglas que hayan sido aceptadas explícitamente por el grupo.
- Acceso a la información. En todo momento tiene que ser posible consultar el trabajo realizado, analizarlo desde diferentes perspectivas: del grupo, a lo largo del tiempo, desde cada alumno, entre otros.
En base a estos principios, las características más importantes que definen el funcionamiento de DEGREE son los siguientes:
- Estructuración y organización de los espacios y recursos para realizar una tarea.
- Representación explícita, por parte del sistema, del proceso de construcción de la solución de una tarea común.
- Modelización declarativa del grupo en relación a los mecanismos para la interacción y comunicación.
En DEGREE se define una experiencia de aprendizaje como un conjunto de actividades, independientes o relacionadas, por ejemplo porque compartan recursos o presenten un orden parcial entre ellas. Una actividad se define a su vez como un conjunto de tareas que pueden combinar tanto trabajo individual como de grupo. Las individuales son realizadas por cada alumno, por ejemplo tareas de lectura y entendimiento de un tema específico a partir de un material de trabajo. Las tareas de grupo se realizan mediante un proceso de discusión y elaboración común en el que hay un intercambio de ideas y contribuciones para construir progresivamente una solución. La discusión está mediada por una herramienta conversacional. La solución se plasma en un documento final. En el proceso colaborativo, la elaboración se alterna con el intercambio de mensajes relativos a la forma de trabajar, la planificación del trabajo y otros aspectos relacionados con la coordinación.
DEGREE almacena, estructura y tipifica todas las actividades que los usuarios realizan en el transcurso de una experiencia. Así, es igual de importante el resultado como el proceso que permitió llegar a ese resultado, pudiéndose mostrar y analizar todos los pasos que llevaron a éste. En el aprendizaje cooperativo, esta idea de proceso activo de construcción en grupo sugiere la necesidad de disponer de un registro estructurado y catalogado con todos los accesos de los participantes. Se tiene una representación de la evolución del proceso de construcción de la solución, a través de la argumentación y la reflexión.
Las tareas que realizan los grupos están estructuradas en subtareas. Esto permite guiar a los usuarios en su realización y facilita la representación del proceso de discusión en forma de árbol de subtareas. Las tareas tienen asociadas uno o más espacios de trabajo y de coordinación. En el espacio de trabajo se elabora la solución mientras que en el espacio de coordinación se producen los intercambios relativos a la organización y planificación del trabajo. Los espacios de trabajo pueden ser individuales o de grupo.
Con relación a la modelización de los mecanismos para la interacción-comunicación, enfocamos la comunicación entre usuarios para una determinada tarea, como una conversación que se representa en forma de grafo de tipos de contribuciones relacionadas, cada una de ellas expresando una posibilidad diferente de avance en la conversación.
De este trabajo experimental con grupos reales de alumnos, queremos resumir las siguientes conclusiones:
- La correcta elección y definición de una actividad es un elemento fundamental para que el grupo pueda trabajar colaborativamente En este sentido, es importante que el profesor diseñe la tarea de forma que ayude y guíe la discusión del grupo. La colaboración no se produce por generación espontánea sino que debe aparecer muy motivada por la tarea que hay que realizar.
-El tamaño de los grupos para realizar tareas de aprendizaje colaborativo deberá ser pequeño. Cuando el grupo es de dos personas, el intercambio de ideas es muy fluido y el desarrollo de la tarea avanza rápidamente. El único problema que tiene un grupo de dos es el abandono. En este sentido, un grupo de tres presenta las mismas ventajas que uno de dos pero si uno de ellos abandona los que quedan pueden seguir trabajando.
-Los alumnos que están separados geográficamente y que se sienten obligados a utilizar la herramienta para comunicarse, ofrecen un registro real del proceso seguido. Los alumnos que tienen posibilidad de trabajar de forma presencial tienden a hacerlo en persona y hay que explicarles la importancia de utilizar la herramienta en todas las etapas del desarrollo de la solución.
-Las experiencias con grupos multidisciplinares son muy interesantes. Es mucho más difícil que los miembros del grupo empiecen a trabajar y colaborar, pero si se consigue, los resultados son muy positivos. En este sentido, es tarea del profesor motivar y ayudar a que empiecen a trabajar juntos. Si los alumnos consiguen coordinarse y trabajar juntos, el camino a la solución está más debatido y trabajado y se genera una solución buena y elaborada.
En general, los alumnos tienden a trabajar de forma individualizada porque así lo han hecho durante gran parte de sus etapas de formación. En las experiencias que hemos realizado fue más costoso convencer a los alumnos de la importancia de trabajar en grupo, de argumentar juntos y de desarrollar una solución común y consensuada que del uso del sistema en sí mismo. En este sentido se obtuvieron resultados positivos, ya que los alumnos aprendieron a desarrollar comportamientos colaborativos.
Otros sistemas y herramientas en el marco del Aprendizaje Cooperativo
DEGREE proporciona un entorno de trabajo flexible para la realización de tareas de aprendizaje colaborativo. Es un sistema que recoge, mantiene y representa en bases de datos, conocimiento de una comunidad de alumnos y profesores.
Sistemas como CSILE o KIE-SpeakEasy están orientados a grupos grandes de alumnos que realizan aportaciones a una base común de conocimientos mientras que CLARE o Belvedere están pensados para grupos pequeños, en donde la argumentación se representa en un lenguaje de tipo visual, usando un conjunto fijo de primitivas para representar hipótesis, evidencias, etc.
CSILE (Scardamalia & Bereiter 1991; 1994; 1996) es una de las primeras propuestas para crear, estructurar y almacenar conocimiento creado por comunidades de alumnos, en una representación hipermedia que combina funciones de acceso y recorrido por enlaces con un sistema de queries tipo base de datos. El sistema es una herramienta que permite construir y explotar conocimiento de varias tareas realizadas en una comunidad educativa. En este sistema la estructuración es a nivel de conocimiento y a nivel de modelización del discurso. En CSILE, la base de datos se crea en forma asíncrona por grupos de estudiantes. La unidad básica de almacenamiento es la anotación que puede tener formato textual o gráfico y que está relacionada con otras notas de la Base de Datos.
La herramienta de discusión KIE-SpeakEasy (Hsi & Hoadley, 1994) (Hoadley, Hsi & Berman, 1995) permite a grupos de estudiantes aprender mientras construyen una base de conocimiento común, negociando su contenido en un proceso de discusión asíncrona. La unidad básica de trabajo es el “comentario”. La interfaz tiene dos áreas: el “Área de Opinión” donde los usuarios manifiestan sus opiniones generales sobre el tema a tratar (sólo se permite un comentario por persona, que se puede cambiar en cualquier momento) y el “Área de Discusión” donde los usuarios pueden responder a comentarios de otros.
Estos comentarios se representan gráficamente en forma de árbol (llamado árbol de argumentación), donde cada comentario es un nodo, representado en la interfaz con un icono con la cara del autor, y las hojas son respuestas. Los comentarios se categorizan como elaboración, alternativa, crítica, paráfrasis, o pregunta utilizando las etiquetas semánticas “y”, “o”, “pero”, “por ejemplo” o “?”.
Los estudiantes pueden resumir las discusiones y añadirlos a una Base de Datos de Evidencias (Network Evidence Database, NED) que puede ser usada por otros estudiantes y profesores.
Los sistemas CLARE y Belvedere dan soporte al desarrollo del razonamiento mediante la argumentación científica. Los dos son sistemas basados en el conocimiento que permiten trabajar a grupos pequeños de estudiantes. Ofrecen un repertorio de mecanismos de representación especializados que se usan para representar ideas y conceptos, y las relaciones entre ellos. CLARE define un modelo de proceso para guiar a los estudiantes durante la colaboración, mientras que Belvedere asiste a los estudiantes cuando trabajan sugiriéndoles formas de extender o mejorar los diagramas argumentativos.
Referencias
Barros, B. (1999) "Aprendizaje Colaborativo en Enseñanza a Distancia: Entorno genérico para configurar, realizar y analizar actividades en grupo", Tesis Doctoral, DIA (FIM-UPM).
Barros, B. & Verdejo, M.F. (1999a) “Analysing students' interaction process for improving collaboration: an approach with DEGREE” en International Journal ofr Artificial Inteligence in Education, No. 11, Vol. 4, AIED Society, (http://cbl.leeds.ac.uk/ijaied/current.html ).
Barros, B. & Verdejo, M.F. (1999b) “DEGREE: Un sistema para la realización y evaluación de experiencias de aprendizaje colaborativo en enseñanza a distancia”, CAEPIA'99. Murcia (15-19 Noviembre).
Boder, A. (1992) “The process of knowledge reification in human-human interaction” Journal of Computer Assisted Learning, Vol. 8, No. 3, September, pp. 177-185.